Cinco senderos en la Palma
Nicolás Marín Martínez
El diseño de las rutas creo que ha sido excelente, pues cada una tienes peculiares características de las muchas que se pueden hacer y, a la vez, cada una es diferente a las demás, lo cual da una imagen de la naturaleza de la isla bastante completa. Tres de ellas tienen predominio de bajada y no muy larga por lo que todos los participantes se han podido adaptar bien, la del Roque de los Muchachos eran de subidas y bajadas pero su distancia de 5km no la ha hecho especialmente difícil, mientras que la de la caldera de Taburiente ha sido la más complicada, cuyos pormenores se explican más adelante.
En la instantánea que he sacado de Google Earth he proyectado las cinco rutas realizadas. He optado con poner una vista Este-Oeste de la Palma pues así se ve mejor las rutas tanto del sur como las del norte, a la vez que he podido ampliar al máximo la perspectiva.
En internet se puede ver esquemas sencillos, parecidos a los que utilizó el guía de Taburiente, donde se aprecia fases constructivas de la isla que no se puede reducir a una simple actividad volcánica. He tratado de hacer en cada salida una serie de fotos que permitiera a alguien interesado, hacerse una idea de que es lo que se encontraría haciendo senderismo en la isla de Palma.
Para el primer sendero el bus nos dejó a las afueras de Fuencaliente y básicamente era una bajada al faro, pasando al lado de varios volcanes y sus coladas. Salvo una primera bajada acentuadas, los tramos posteriores las inclinaciones tenían menor intensidad. En esa zona predomina un paisaje volcánico gris de donde sobresalía un matorral, en algunos casos con flores llamativas, que lucía bello por el contraste con el fondo monótono.
Al llegar al faro, algunos se fueron a bañar, mientras otros, la mayoría, consumieron en el bar de la zona. Los amantes de las fotos nos dimos un paseo por las salinas del lugar que agrupadas en montones y delimitados por marcos de arcilla, daba posibilidad a composiciones como las que se aprecian en las fotos. Terminadas las actividades, subimos al bus que nos l
24-07-22 Cubo de Galga-Nogales
En la segunda salida hubo un cambio sustancial en relación al día anterior. Toda la información que tomé de esta salida, cuál sería el punto de partida, por dónde se iría a pasar, hasta dónde llegaríamos andando, no sirvió de mucho, extremo que pude comprobar el mismo día que el bus nos dejó en el punto de inicio, que pensé nos dejaría en el mirador de Somada Alta pero no, nos dejó más abajo para que pudiéramos disfrutar del bosque mientras subíamos, pero tampoco era exactamente así, pues el camino contenía subidas, bajadas y llanos y muchos recovecos propios de los bosques de laurasilvas.
Así que de un color predominante gris ceniza a otro que parecía un mar verde salpicado con las típicas hojitas del viñátigo, un árbol de gran porte que le da por soltar generosamente hojitas con coloridos que van del naranja al ocre oscuro y que llama la atención por ese color peculiar que da a la inmensidad verde del bosque de laurisilvas, que compensó algo las añoranzas de los bosques otoñales del norte de la península.
La rugosidad y disposición de las rocas mediatizan severamente el crecimiento de los árboles de modo que a cada paso había rincones naturales y las fotos no paraban de hacerse. A destacar la espesura verde que se coge en algunos lugares del Cubo de Galga que cuando se incrementa por el acopio de enredaderas es increíble sustraerse a la foto. A mi me pareció el sendero muy bien trazado y cómodo de andar.
Llegados a un punto, tomamos una carretera de subida a la izquierda que, por fin, nos llevaba al tan esperado mirador que cumplía muy bien su función como tal y nos permitió hacernos foto de grupo, descansar y también comer algo. Desde allí ya se pudo ver en la parte baja las casas diseminadas de la Galga rodeadas del verde de sus cultivos, estampa que es típica de la Palma.
Iniciamos una larga bajada por lo que tuvimos que pasar de nuevo por el punto de inicio y continuamos bajando para así atravesar las casas de Galga que vimos desde arriba. Esta travesía la disfruté con deleite pues quería conocer más de cerca esas distribuciones esparcidas de las casas. También vimos, como no, a gente trabajando. En la bajada, y tras cruzar una carretera importante, llegamos a San Bartolo donde disfrutamos de un largo descanso y mientras un grupo bajaba por el barranco de Galga hasta la playa de los Nogales, otro grupo donde estaba yo, fuimos con el bus hasta el mirador de San Bartolo, e hicimos tiempo en otro mirador para que llegara el grupo del barranco, una vez juntos y ya en el aparcamiento, por un camino horadado en la roca fuimos hasta la playa de los Nogales donde algunos disfrutaron de sus aguas mientras otros nos resguardábamos de un sol y calor propio del lugar.
24-07-23 Roque de los Muchachos
Para llegar desde el hotel a la siguiente ruta de los “Roque de los Muchachos” hubo que hacer una larga subida con un sinfín de curvas por la ladera Este de la Caldera de Taburiente hasta llegar girando hacia la cara Sur, primero a un complejo de Telescopios internacionales de la más diversas formas, algunas inverosímiles, y finalmente subir por la cara Suroeste a una altitud de 2428m donde se encuentra una serie de majestuosos roques de unos 3 metros de altura, que se asemejan a un grupo de muchachos y de ahí su nombre. El Roque de los Muchachos es el punto más alto de la isla de La Palma y está considerado uno de los monumentos naturales más importantes de la isla.
Para comenzar fuimos y volvimos a un mirador ubicado hacia el Sur a poca distancia del roque, y terminada esa incursión, iniciamos la ruta propiamente dicha donde básicamente se va bordeando por la cresta Sur del volcán de Oeste a Este con sucesivas subidas y bajadas, por una sinuosa orografía volcánica con vista continua a la caldera y sus formaciones rocosas, algunas de ellas sorprendentes por su cambio de color. Un nuevo sendero bien diferente a los dos anteriores.
Sin árboles a esas alturas, la representación vegetal es de puro matorral, pero de una diversidad y colores digna de un sitio que suele llover, pero en los últimos tiempos cae el agua sin tanta alegría. Así anduvimos con algunas pocas dificultades hasta llegar al pico de la Cruz, un excelente saliente con vistas a la caldera donde se puede divisar una gran diversidad de pliegues, algunos con colores llamativos fruto de las diferentes actividades volcánica que ha sufrido la isla y que los estudiosos geólogos saben interpretar muy bien. Incluso los que no son geólogos, es más, yo diría que casi todo el mundo de la Palma tiene un conocimiento volcánico más que notable. La mayoría de los palmeros tienen alma de geólogo, impuesta por su propio entorno, así que han aprendido a leer en los gases, ruidos y movimientos del suelo de una boca de volcán para conocer la probabilidad de que se anime en los días siguientes.
24-07-24 De Santa Cruz a los Llanos
Este fue día libre y cada cual se montó su salida a su aire. En mi caso, junto a mi amigo Dani, el vasco de Bilbao, nos fuimos a la zona de los Llanos donde estaba los restos volcánicos en el 2021 que tantas horas dio en las noticias y tanto miedo dio a los que vivían en el lugar.
El pueblo de los Llanos nos pareció más bonito que Santa Cruz, incluso le vimos más impulso económico. A mi particularmente me pareció sublime la calle principal con sus cinco arboles gigantes que daban sombra tanto hacia la calle como hacia el interior de la plaza donde decidimos tomarnos algo con un frescor inusual para esas horas del día.
Después tomamos otro bus que nos llevó al Paso. Íbamos con la intención de ver lo más cerca posible la lava que tan presente estuvo en las televisiones, objetivo que hicimos con creces. Llegamos a tocar las cenizas y hicimos fotos cercanas a la boca del volcán. Fue una experiencia única pues el bombo que se dio en las noticias hizo algo especial este lugar.
La vuelta fue increíblemente bonita (lo mismo que la ida) pues pasamos por un bosque de verde espesura lleno de castaños y pinos canarios de gran porte y densidad. Esto hizo que tomara información de las rutas del lugar y concretamente hay una que sale del pueblecito de San Pedro (Prlp 19 Ruta de las Fuentes) que quizá algún día haga.
Este fue el sendero más difícil, variado y bien diferente a los anteriores. Difícil porque se anda más de 6 horas para hacer un recorrido de 15 kms. Variado porque se podría distinguir tres tramos bien distintos, el primero y más bonito es el que va desde los Brecitos, sitio donde nos dejó el bus, hasta el área de acampada al nivel del barranco de las Angustias con agua donde confluyen otros barrancos, el segundo iría desde el lugar de acampada hasta la cascada de colores ubicada en el barranco de Almendro Amargo con aguas de materiales férricos en varios puntos; este tramo en francamente duro porque tiene una prolongada bajada, que llaman los del lugar el reventón, hasta llegar al barranco principal. Para ver la cascada de colores es preciso subir por el barranco un pequeño tramo. El tercer tramos para mí fue el más duro, incluso más que la bajada acentuada pues esta tenía muchos tramos empedrados que hacían más segura la bajada; este tramo se trata de bajar por el barranco de las Angustias hasta la zona de aparcamientos y tiene la peculiaridad de que no todo era bajar por el barranco sino que constantemente hay derivaciones a derecha e izquierda con veredas de un firme muy pedregoso e incierto donde hay que tener mucho cuidado donde se ponía el pie por el peligro constante de esguinces, sumando, además, que estos tramos suponen ascensos y descensos pronunciados.
De los 16 que nos aventuremos a hacer los senderos de la Palma, solo siete nos apuntamos voluntarios para hacer este sendero. El primer tramo, con un descenso cómodo por un firme de tierra bien trazado, fue donde mejores fotos hice gracias a la belleza de los pinos canarios, con gran variedad de formas en esa zona, las palabras se quedan cortas para describir la variedad de formas en los pinos que cada cual se ha adaptado como ha podido a esa orografía tan vertical. Todas las dimensiones son tremendas y la sucesión de fotos bonitas no cesa que se pueden ojear para comprobar lo que digo.
Ya en el segundo tramo de prolongada bajada, había que prestar más atención a la exigente bajada, pero de vez en cuando había que pararse pues los contrastes por los fuertes desniveles son únicos, hasta llegar a la cascada de colores donde ya no es lo que era por las carencias de agua, Allí nos hicimos una bonita foto. Tras comer, iniciamos la suave bajada del tercer tramo por el barranco de las Angustias (vaya nombre feo), con sus constantes deviaciones a un lado y otro hasta llegar al aparcamiento que se hizo, quizá por el cansancio, algo más pesado.
Queda por narrar un fenómeno gracioso que ocurrió en el primer tramo. Al iniciar la marcha en los Brecitos, no paso ni cinco minutos cuando se formaron tres grupos: por delante el guía que siempre llevaba el mismo ritmo, algo rápido para mi gusto, seguido de inmediato por Jesús y pareja, después, a unos metros de distancia, había un grupo de cuatro donde normalmente ocupaba la cabecera la chica que dijo de ir a un ritmo más pausado, cuyo nombre ahora no recuerdo pero se que era vasca, e imagino que las tres restantes iban detrás por solidaridad, y ya más atrás, a una distancia más importante, iba el fotógrafo del grupo, o sea yo mismo, que a duras penas mantenía la distancia visual con el grupo de en medio, aunque a veces las perdía de vista y tenía que correr.
En un momento dado, el guía se paraba para dar alguna explicación y poco a poco el grupo de siete se reagrupaba. Acabada la explicación, nos poníamos en marcha y no pasaba ni cinco minutos que la configuración del grupo era la misma que he descrito: el trio formado por el guía y el matrimonio, el cuarteto de chicas a su ritmo medio y yo por detrás haciendo fotos preciosas que a duras penas podía seguir la visual de este grupo hasta el punto que tenía que correr. Con esta configuración nos manteníamos hasta la siguiente parada del guía donde había reagrupamiento y así de este modo seguimos una docena de veces más. Mi explicación: el trío que iba en cabeza iba al ritmo del guía que para mi gusto era algo excesivo, el cuarteto iba a un ritmo medio que a mí me pareció fantástico pues gracias a eso podía yo hacer más fotos si bien por mis ansias gráficas siempre me quedaba rezagado, pero gracias al grupo medio podía respirar en mi afán de fotografiarlo todo, aunque a veces tuviera que correr. Me surge una pregunta: si siempre se daba la misma disposición ¿no se preguntó el guía que quizá iba demasiado rápido? Para mis intereses fotográficos, simplemente con que el cuarteto se hubiera puesto en cabeza todo hubiera ido de perlas. Hablé con el matrimonio sobre esa posibilidad, pero ellos no iban a cambiar su actitud pues tenía muy claro por qué el cuarteto iba a ritmo medio pues paraban de vez en cuando.
A resaltar un momento relevante donde el guía saca de su mochila un encuadernado de láminas sobre la formación de la isla de lo que concluí que la orografía actual es consecuencia de una sucesión temporal de distintos fenómenos volcánicos que los geólogos han delimitado con bastante rigor, así como de las sucesivas erosiones, principalmente del agua. Esa complejidad de la formación actual de la isla, dista mucho de la simple imagen de un solo volcán que creó la caldera de Taburiente con su forma circular. La otra conclusión que saqué es que era que el guía era un enamorado de la isla y de su trabajo que lo ejecutaba como todo un profesional.
Y llegó nuestra última salida, que suponía atravesar un nuevo bosque de laurisilvas, pero el que estuviera anclado la mayor parte de los mejores ejemplares, en la hondonada de un barranco, a veces con dimensiones circenses, lo hacía bien diferente al del Cubo de Galga, con otras distribuciones y estructuras vegetales, el único parecido reside en que todo está muy enmarañado.
El sendero baja paralelo al barranco de la Zarza, por la misma oquedad o por los laterales. En algunos lugares se ensancha para crear espacios enormes donde la vegetación también acompaña a esas magnitudes. En otros lugares abundan las enredaderas que contribuyen a enredar más aún el entorno. Junto con el til, laurel y barbusano, el viñátigo es uno de los árboles de mayor tamaño y más representativos del bosque de laurisilva y suele desprender unas hojas con coloridos naranjas y ocres que dan color a la inmensidad verde.
En un momento dado, sin dejar la dirección del barranco nos fuimos acercando a la zona donde se próxima al litoral. Allí se abren las dimensiones y el verde da paso en la costa azul del mar y el blanco de las olas rompiendo. Preciosos los contrastes y el mirador donde comimos algunos. Así, paulatinamente el bosque de laurisilva da paso a una vegetación de entornos más secos y áridos como las chumberas, pitas, dragos, cactus y demás. Tras comer algo, nos dirigimos hacia el lugar llamado “Don Pedro” donde nos esperaba el bus. Excelente ruta final.